Mi madre me sorprendió un día diciéndome que le gustaría visitar a su hermana Isabel a la que hacía mucho tiempo que no había visto.
Hacía muchos años que yo no visitaba el pueblo de mis padres y pensé que era el mejor momento para hacerlo. Aprovechando unos días de vacaciones del mes de Septiembre nos fuimos con ella y fue un viaje precioso del que guardo muy buenos recuerdos. Entre otras cosas conocí a familiares a los que por la distancia ni siquiera había visto nunca.
Hacía muchos años que yo no visitaba el pueblo de mis padres y pensé que era el mejor momento para hacerlo. Aprovechando unos días de vacaciones del mes de Septiembre nos fuimos con ella y fue un viaje precioso del que guardo muy buenos recuerdos. Entre otras cosas conocí a familiares a los que por la distancia ni siquiera había visto nunca.
También sirvió para hacer un pequeño mini álbum que guardara algunas instantáneas de esos momentos. La alegría de la familia al reencontrarnos y los buenos ratos que disfrutamos quedan plasmados en las fotografías de esos días.
Cuando volvimos ya tenía decidido que haría un pequeño mini para regalar a mis tíos en agradecimiento a su invitación. Aquí os muestro el resultado.
Me
interesaba hacer un álbum no muy grande en el que colocar bastantes fotografías. Para
ello hice un mini con bolsillos laterales donde colocar unas tarjetas
extraíbles con más fotografías. Como base utilicé una cartulina
jaspeada de color gris muy muy claro, casi blanco y como marco de las
fotos usé papeles estampados a mano que había hecho anteriormente. El
resto de la decoración es muy sencilla; ya podéis apreciarlo.
Aunque lo mejor de
todo,
al menos para mí, al volver a ver esas fotografías es recordar el
precioso viaje que hice con mi madre. Porque finalmente, recordar es...
¡VOLVER A VIVIR!
¡¡¡Un abrazo a todos!!!